Elementos para una TEORÍA DEL ENTUSIASMO

La cara oculta de RAYUELA. Por Jorge Fraga

31 de enero de 2017

Intercesores (...46, 47, 48...)

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Entre lo visible de Rayuela (la novela) y su parte oculta (el Rayuela insólito) Cortázar dispuso multitud de pasajes que permitiesen el tránsito del uno al otro: el autor los denominó «intercesores». En ellos se puede observar (siempre en modo metafórico) o bien una contraposición entre lo oculto y lo manifiesto, o bien un cuestionamiento de lo visible, o bien una vindicación de lo oculto. ¿Cuántas veces lo dijo? ¿Cuántas metáforas distintas utilizó?
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(46)
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Rayuela, capítulo 104
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La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos
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(47)
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Rayuela, capítulo 141
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No llevaba muchas páginas darse cuenta de que Morelli apuntaba a otra cosa. (...) A los del Club no se les escapaba su valor de mera incitación o de parábola abierta a otro sentido más hondo y escabroso
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(48)
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Rayuela, capítulo 54
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De alguna manera habían ingresado en otra cosa, en ese algo donde se podía estar de gris y ser de rosa, donde se podía haber muerto ahogada en un río (y eso ya no lo estaba pensando ella) y asomar en una noche de Buenos Aires para repetir en la rayuela la imagen misma de lo que acababan de alcanzar, la última casilla, el centro del mandala, el Ygdrassil vertiginoso por donde se salía a una playa abierta, a una extensión sin límites, al mundo debajo de los párpados que los ojos vueltos hacia adentro reconocían y acataban
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